¿De quién es (mi) cuerpo?

 








A menudo se cree que el cuidado médico tiene 
como finalidad reparar nuestros cuerpos, 
hacerlos capaces de trabajar y, de ese modo, 
asegurar el funcionamiento fluido de la sociedad. 
Pero nuestro sistema contemporáneo del cuidado 
también cura los cuerpos que nunca volverán a 
ser económicamente funcionales, y que quizá 
nunca lo hayan sido. En este caso, el sujeto ya 
no es el propietario privado de su cuerpo, 
alguien que es libre de usarlo como una propiedad 
y un instrumento. El cuerpo deviene algo completamente 
socializado, burocratizado, politizado. Todas sus 
funciones más privadas e íntimas, incluidas las 
funciones reproductivas, se convierten en asuntos 
de interés público y discusión política. Esto equivale 
al fin de la privacidad tal como ha sido entendida 
durante mucho tiempo. Pero, a su vez, el sujeto 
del cuidado de sí es solo un participante en el 
proceso de las decisiones políticas y administrativas 
que conciernen a su propio cuerpo. 
BORIS GROYS, Filosofía del cuidado. 

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