Sísifo releva a Sísifo en cada cima
De hecho, el trabajo del cuidado, incluido el cuidado
de sí, es siempre un trabajo arduo, y uno siempre
está dispuesto a evitarlo. En lo esencial, es un
trabajo como el de Sísifo. Todo el mundo lo sabe.
Todos los días se prepara la comida y luego se la
consume, y al otro día uno tiene que empezar a
preparar la comida de nuevo. Todos los días se
limpia la habitación, que al día siguiente deberá ser
limpiada de nuevo. Todas las mañanas y noches
uno debe cepillarse los dientes, y al día siguiente
repetir el mismo ritual. Todos los días el Estado
tiene que protegerse de sus enemigos, y al día
siguiente la situación es la misma. Un piloto
transporta exitosamente a los pasajeros a su
destino, y luego tiene que volar de regreso. Y,
por cierto, todo paciente que es curado por
el sistema médico inevitablemente muere en
algún momento, y así el sistema vuelve a
empezar con un nuevo paciente, y luego llega
el mismo resultado. El trabajo del cuidado
y el cuidado de sí es improductivo, permanece
siempre sin terminar y, por lo tanto, solo puede
ser profundamente frustrante. Sin embargo,
es el trabajo más importante y necesario. Todo
lo demás depende de él.
Boris Groys, Filosofía del cuidado
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