EL VALOR MORAL BÁSICO

Aunque la razón no está ausente ni debe estarlo 
en el ejercicio del cuidado, este no se entiende ni 
se explica sin apelar al sentimiento. También en 
este punto hay una coincidencia con las virtudes 
morales que Aristóteles ubicó en el 'alma sensitiva', 
no en el 'alma racional'.  Para cuidar bien hay que 
sentirse cerca de la persona que requiere cuidados. 
Por eso el paradigma del cuidado es el maternal. 
Y porque los sentimientos - la compasión, la pena, 
la empatía- son intrínsecos a la actitud cuidadosa, 
podemos reafirmarnos en la tesis de que el cuidado 
es el valor moral básico. 
[...]
La relación de cuidado responde al reclamo de la 
persona concreta, al 'rostro' del otro, en la terminología 
del Levinas, a la constatación de que somos cuerpos 
que están alegres y tristes, que gozan y padecen, y 
no abstracciones.
VICTORIA CAMPS, Tiempo de cuidados (págs. 84-85)



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